Visitar los locles de La Vicuñita cuando estoy de visita en Buenos Aires, se ha transformado casi en una abligación. No puedo volverme a Escocia sin antes haber pasado por uno de los locales. Lo último que hice en 1996 antes de venirme a vivir al Reino Unido, fue pasar por el local de Belgrano y comprar regalos para mi familia política, y desde entonces, cada final de viaje está marcado por el ritual de la visita a Wilma y sus maravillas.
Wilma sabe elegir. Sus locales son un viaje virtual por el norte argentino, un viaje de colores terrosos en aguallos antiguos, de turquesas y rosas en las joyas que adornan las vitrinas, de texturas evocativas, desde los cardones transformados en estantes hasta la platería. Maderas, cueros, textiles, metales, cerámicas, astas y cuernos.
Entrar al local de Wilma es un viaje, dejando el bullicio de Cabildo atrás para perderse en aromas, colores y texturas de nuestro noroeste. Wilma sabe, porque es ella quien busca los colores en sus viajes, busca las texturas y las historias para compartirlas con nosotros, los que entramos en su mundo buscando un regalo "especial" un recuerdo, un objeto único.
Bienvenidos a esta nueva forma de comunicación
Wilma!! te felicito!! esta muy bien
ResponderEliminarbeso
sandra cabrera
Visitar los locles de La Vicuñita cuando estoy de visita en Buenos Aires, se ha transformado casi en una abligación. No puedo volverme a Escocia sin antes haber pasado por uno de los locales. Lo último que hice en 1996 antes de venirme a vivir al Reino Unido, fue pasar por el local de Belgrano y comprar regalos para mi familia política, y desde entonces, cada final de viaje está marcado por el ritual de la visita a Wilma y sus maravillas.
ResponderEliminarWilma sabe elegir. Sus locales son un viaje virtual por el norte argentino, un viaje de colores terrosos en aguallos antiguos, de turquesas y rosas en las joyas que adornan las vitrinas, de texturas evocativas, desde los cardones transformados en estantes hasta la platería. Maderas, cueros, textiles, metales, cerámicas, astas y cuernos.
Entrar al local de Wilma es un viaje, dejando el bullicio de Cabildo atrás para perderse en aromas, colores y texturas de nuestro noroeste. Wilma sabe, porque es ella quien busca los colores en sus viajes, busca las texturas y las historias para compartirlas con nosotros, los que entramos en su mundo buscando un regalo "especial" un recuerdo, un objeto único.
Gracias y hasta mi próxima visita.